Los culpables de la tragedia…
Aquí y en China las porras, los grupos de personas que aparecen en contiendas electorales y partidos de futbol tienen un coordinador, controlador, financiador y motivador, que las mueve de acuerdo a conveniencias.
Nacen con el fin de animar, darle movimiento y colorido a determinada acción, generar percepción favorable al proyecto que apoyan y sirven también para desconcentrar al oponente.
Lamentable, pero está visto que en algunas acciones son utilizadas, además de defender tal o cual proyecto, para atacar a los contrarios, los controladores o motivadores les inyecta a los integrantes de las porras una dosis de odio a su desbordada adrenalina, aparte que en ocasiones también combinan la emoción con alcohol u otras sustancias y se tornan en un peligro para quienes les rodean.
Insistimos, no se mueven solas, en el caso del futbol, puede ser grande la pasión por el juego, la emoción del partido o la desilusión al ver a su equipo caído lo que motive a las porras a generar violencia, pero siempre hay alguien que les alienta.
Por lo general detrás de las porras hay financiadores, en los tornemos de futbol, muchas veces con que les paguen el viaje y tener acceso al estadio es suficiente para los seguidores de tal o cual equipo, pero si en el trayecto o antes del encuentro un motivador les incita para defender y hasta generar caos es como si le pusieran gasolina a un incendio, rápidamente se calientan los ánimos y los inconscientes son capaces hasta de exponer su vida y quitársela a los que sientan son sus enemigos.
Lo anterior viene a colación por lo sucedido en un partido de futbol entre el Querétaro y Atlas donde estalló la violencia, corrió sangre, las porras del equipo local agredieron a los visitantes de manera brutal provocando que hoy nuevamente México este en los ojos del mundo por acciones negativas.
Más que como nos vean en el mundo, es lo que vivieron las familias que se encontraban en uno de los estadios más majestuosos y hermosos de este país que ahora, por culpa de unos inconscientes, está manchado de sangre y permanecerá en silencio, cerrado.
Los videos y fotografías que circulan en redes sociales dan cuenta del pavor que vivieron familias completas, gente ensangrentada, el cómo un padre con su cuerpo cubría a sus hijas, otro que corría con sus hijos para sacarlos del lugar, un ancianito con su nietecito invidente que no sabía ni que hacer mientras la furia de los encolerizados “aficionados” hacían del campo de futbol, un campo de batalla.
Se dice que en el estadio no había suficientes elementos de seguridad, solo unos cuantos, de una compañía privada, que la policía estatal brillo por su ausencia, aunque ante semejante estallido de violencia quizá poco hubieran podido hacer, era difícil de contener, pero tal vez hubieran sido menos los daños y ya se tendrían detenidos a la mayoría de los culpables.
El Gobernador de Querétaro, en su primer comunicado, prácticamente minimizando lo sucedido, aseguraba que no se tenían decesos que solo había heridos y no de gravedad, lamentable es que a pesar que hubo transmisiones en vivo las autoridades finjan demencia.
En fin, la situación es que muy lamentable es lo sucedido en un partido de futbol donde estalló la violencia tiñendo de sangre el verde pasto, provocando que el día de la familia, muchas familias estén de luto o vivan la tragedia provocada por el enfrentamiento entre las irresponsables porras.
Más que las sanciones que debe tener el estadio, al torneo, a la selección de México, es que se cuestione el poco interés de las autoridades, la irresponsabilidad de los dueños de los equipos, se castigue a los agresores, a todos los que intervinieron en la trifulca, pero más que eso que se llame a cuentas a los verdaderos culpables de todo, a los financiadores y motivadores de las porras que a final de cuentas perdieron el control.
Puede haber muchas versiones de lo sucedido, las autoridades se excusarán, pero las familias que sufrieron la tragedia no lo olvidarán, ojalá pronto encuentren y castiguen a todos, incluyendo, los financiadores y motivadores de las porras, que son los causantes de la tragedia.
Rosa Elena González
Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10
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